En Na Lakalú creemos que el diseño se enriquece cuando se comparte. Por eso, recientemente tuvimos una Design Session muy especial con Experiencia Áurea, un equipo con quienes exploramos nuevas formas de ver los espacios y potenciar el valor del diseño.
La experiencia fue tan inspiradora que quisimos llevarla más allá: ellos mismos prepararon un escrito para compartir con nuestra comunidad, donde cuentan desde su mirada lo que significó esta colaboración y las reflexiones que surgieron durante la sesión.
A continuación, te dejamos íntegramente sus palabras, para que puedas vivir de primera mano lo que sentimos en esta jornada creativa:
El pasado 7 de junio vivimos una jornada muy especial junto a Na Lakalú, en la primera edición de “Design Sessions”, un evento pensado para conectar el diseño con las personas que realmente lo habitan: los usuarios finales.
Desde Experiencia Áurea decidimos proponer una dinámica diferente, una sesión interactiva donde cada cliente pudiera ser parte activa del proceso creativo. Creemos profundamente que el diseño es mucho más poderoso cuando nace del diálogo, de la escucha y de la colaboración. Por eso, nuestro objetivo era crear un espacio 100% personalizado, donde cada decisión desde la paleta de color hasta la ubicación de un sillón respondiera a las necesidades, gustos y emociones de quienes viven esos espacios.
Junto al equipo de Na Lakalú desarrollamos herramientas que nos permitieran conocer a fondo a cada familia. Trabajamos en la exploración del concepto y luego lo llevamos al plano físico a través de un “moodboard” con materiales reales: maderas, textiles, concreto, vidrio, cerámica y los detalles que hacen tan especiales las piezas hechas a mano por Na Lakalú.
Una vez definido el componente visual y material, nos enfocamos en la distribución espacial. Aprovechamos que teníamos las piezas a mano para hacer pruebas, moverlas, sentarnos, medir distancias y asegurarnos de que cada propuesta cumpliera con altos estándares de ergonomía y confort. Porque el buen diseño también se siente, se prueba, se vive.
Al final de la sesión, cada familia se llevó consigo un tablero con su propuesta completa: una selección personalizada de mobiliario, materiales, texturas y colores. Pero más allá de lo tangible, lo que más nos emocionó fue ver cómo cada persona se conectó con el proceso y con su hogar desde un lugar más profundo.
Cerrar un día tan especial rodeados de creatividad, colaboración y diseño auténtico fue para nosotros una confirmación del poder que tiene el co-diseño. Esta experiencia nos inspira a seguir creando espacios donde el diseño se viva desde la empatía, la escucha y la conexión genuina con quienes habitan cada proyecto.